La caja será un banco. Ese era el objetivo y la mala gestión anterior lo puso fácil. En Cataluña solamente la presión de la Generalitat ha impedido que alguna caja catalana siguiera el mismo camino. Además está la madre de todas, la Caixa, que hizo país siempre acompañada y coordinada con la Generalitat y ahora marca tendencias que, suponemos, aprovechará en beneficio propio. En Euskadi no parece haber mucho problema. Las cajas vascas, que siempre han funcionado en coordinación con el gobierno vasco, seguirán su camino. Caja Madrid es intocable, a pesar de su situación y de las prejubilaciones multimillonarias aún estos días, porque es Caja Madrid. Galicia, después de haberlo hecho mal durante años con el acompañamiento de los dos principales partidos por cierto, dejando manos libres a sus directivos, busca una salida. Ojalá la encuentre, mal que bien. Por la cuenta que nos tiene.
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