martes, 2 de diciembre de 2014




La muerte a manos de ultras Atléticos de Francisco Javier Romero, Jimmy, sigue descolocándonos tras conocerse la brutalidad de la agresión. Con independencia de la actuación de cada triste protagonista en este dislate los hechos que llevaron a que este Riazor Blues perdiera la vida revelan una impunidad y una agresividad que pone los pelos de punta. Todos debemos condenar la violencia en el fútbol, criticar a los que aprovechan la adhesión a unos colores para armar camorra. Además aquí tenemos a una persona que ha fallecido y la policía tiene la obligación de buscar a unos culpables. El Deportivo dice que informó de que un autobús con Riazor Blues iba hacia Madrid. El SUP afirma que la policía de A Coruña informó a la madrileña de la situación. Pero el partido no fue considerado de alto riesgo y el gobierno dice que no sabía nada. Y no había apenas agentes en las inmediaciones de la batalla campal y la víctima quedó abandonada en el río tras la paliza por espacio de más de media hora sin reacción de las fuerzas del orden. Alguien debe dar explicaciones públicas sobre lo ocurrido, no responder diciendo que no sabía amparándose en una condena general a los violentos. En eso estamos todos de acuerdo.

Reportaje del Movimiento contra la intolerancia sobre violencia en el fútbol. Lo lamentable es que se necesite policía en el entorno de los estadios.


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